the garden 

Fabio Viscogliosi, L21 



“La tarde era íntima, infinita. El camino bajaba y se bifurcaba, entre las ya confusas praderas. Una música aguda y silábica se aproximaba y se alejaba en el vaivén del viento, empañada de hojas y de distancia.”1


El jardín es el paisaje rendido a la mirada estética. Es la ruta diseñada para el paseo otoñal y el lugar de encuentro con una naturaleza a nuestra medida. En él coexisten elementos naturales: la luz, las rocas, las plantas, el canto de los pájaros en  los árboles y el viento; y elementos construidos: el sendero, el estanque, el parterre que trata en vano de delimitar y contener un espacio… Del mismo modo, en sus nuevas pinturas Fabio Viscogliosi dispone estos dos tipos de elementos, construidos y naturales, en el lienzo, convirtiéndose así una especie de paisajista, un arquitecto que domina el equilibrio de las formas, un caminante capaz de perderse en la profundidad de las dos dimensiones de sus pinturas. Los personajes que aparecen en ellas aguardan en actitud contemplativa. En la pared de “Studio afternoon”, por ejemplo, hay tres cuadros y una ventana por la que asoman plantas, como si el paisaje estuviera allí presente de manera encubierta, un secreto que irrumpe en la habitación… tal vez una llamada que el propio artista ha escuchado.


El jardín es una palabra simple y poderosa para mis oídos. Se me impuso durante esta larga primavera mientras trabajaba en los 20 cuadros que se alinean en las paredes de la galería L21. Los títulos surgen con el mismo ímpetu que las formas, según una intuición alegre, temprano en la mañana, mientras la mano se mueve por delante de la conciencia. Quizás tenía en mente “El jardín de los caminos que se bifurcan”, este cuento corto de Borges, cuyo título es uno de los mejores de toda la literatura, o una canción lejana de los Kinks. ¿O fue el deseo de escapar a la naturaleza? Ya no lo sé.


De alguna manera, el jardín es naturaleza domesticada y paisaje diseñado a nuestra medida. Ofrece un paréntesis de tiempo y espacio no funcional que hace posible la contemplación estética. Como lugar, el jardín está lleno de resonancias artísticas y literarias, tiene también unas profundas raíces simbólicas que se hunden en su tierra. No es de extrañar, por tanto, que sea uno de los grandes temas de la pintura occidental. Pero el jardín no es solo un lugar de memoria colectiva, sino también estrictamente personal. En palabras de Fabio Viscogliosi,


Nuestra memoria es también un jardín, un laberinto cuyos caminos familiares e intrigantes, misteriosos y estimulantes atravesamos. Cuando era un adolescente, me gustaba escaparme al jardín de mis abuelos, en la humedad del Lazio italiano. A la hora de la siesta, mientras todos estaban tranquilos a la sombra, yo vagaba entre las plantas de tomate y el bosque de bambú soleado. Cualquier cosa podía suceder.


Realmente cualquier cosa puede suceder también en las pinturas del artista, circunscritas en ese espacio simbólico, al mismo tiempo interior y exterior, que es el jardín. Desde contemplar una noche geométrica hasta caminar alrededor de esas esculturas casi metafísicas que son “Tree sculpture” o “Aquarium”, como si uno pudiera rodear su espacio negativo y mirarlas desde atrás. El espacio pictórico admite la imaginación del vacío, el cual abre la distancia necesaria para esa contemplación estética que hace posible hablar de paisaje y no de árbol, montaña, nube y sol… en definitiva, lo que se puede encontrar en las nuevas pinturas de Fabio Viscogliosi es una poética visual del espacio.


A menudo tengo la impresión de que un cuadro nace como reacción al anterior. Cada una es el producto de un doble movimiento, deslumbrante y paciente, en equilibrio. Cada uno está puntuado por las horas de su propia aparición. Cada una es un área de juego circunscrita por la línea negra de su marco. Y sin embargo, todos ellos encajan en un espacio que se extiende mucho más allá de ellos mismos. Me gusta que sea así.


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1.Borges, Jorge Luis. “El jardín de senderos que se bifurcan”. Ficciones. Caracas: Biblioteca Ayacucho ediciones. 1993. Pág. 45.

Un texto a dos voces entre Fabio Viscogliosi y Esmeralda Gómez Galera
Lyon / Palma 2020
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Fotografías:Natasha Lebedeva, cortesía de L21.