das Kniegelenk 

Ian Waelder, L21. 



El chasquido de una articulación, la tirantez de un ligamento a punto de romperse, el ruido sordo de un hueso que se quiebra en la caída… esta tensión física y amenazante es la que vibra en el trabajo reciente de Ian Waelder, un conjunto de telas y esculturas que ha producido entre Mallorca, en la residencia L21 x Fundación Camper, y su estudio en Frankfurt am Main. Reunidas bajo el título Das Kniegelenk, que podríamos traducir del alemán como la articulación de la rodilla, exploran el movimiento y la fragilidad, ligados entre sí como condición misma de la experiencia de ser un cuerpo.


Parte de la actividad en el estudio se registra por capas significantes en estas nuevas telas del artista, otorgándoles memoria y profundidad. En ocasiones es el texto, otras veces el spray o la imagen fotográfica la que nos recuerda la necesidad de salir a respirar a la superficie. Sobre el lino crudo, como si fuera tierra mojada después de la lluvia, se registran minuciosamente las huellas: la abstracción de la pisada, los rasguños que desgarran las fibras de la tela, la cual queda así abierta a la contingencia del proceso.


En un hallazgo inesperado, parecido a un tropiezo en la calle, le vi sacar un tubo de cartón de un contenedor cercano, material para una pieza que hoy se apoya y mantiene el equilibrio sobre el suelo de la sala de exposiciones. Contingencia y flexibilidad, también en una serie escultórica que tiene como hilo conductor el movimiento detenido. La mayor parte de estas esculturas han sido producidas a partir de objetos encontrados en las proximidades de la galería. Se trata de elementos precarios y frágiles en sí mismos, como la pasta de papel, el cartón o la madera, pero que en algunos casos son forzados a mantener su postura al estar fundidos en bronce. A pesar de ello, da la impresión de que en cualquier momento se descongelarán para reanudar su movimiento y dar el siguiente paso.


La delicada relación entre peso y equilibrio se conecta aquí nuevamente con la idea de articulación: es el punto de contacto, una unión sólida y a la vez flexible que hace posible la movilidad. Y con ella, casi de forma inevitable, también la posibilidad de doblarse, caer, hacerse daño.


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Palma, 2018





Fotografías:Natasha Lebedeva, cortesía de L21.